Fisioterapia en miembros amputados

Fisioterapia en miembros amputados

Fisioterapia en miembros amputados

En el artículo de esta semana nos gustaría hablaros de la Fisioterapia en miembros amputados. Bien por enfermedad o bien por accidente, son muchas las personas que se han visto afectadas por la amputación de alguna de sus extremidades, pero antes de hablar sobre ello, nos gustaría dejar claros los conceptos.

La amputación consiste en la separación completa de una extremidad del resto del cuerpo. En España, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (2008), aproximadamente 80.000 personas sufrieron algún tipo de amputación. La principal causa de amputación en pacientes de mayor edad es la enfermedad circulatoria, mientras que en personas más jóvenes, los traumatismos, los tumores y las anomalías congénitas pueden ser las principales causas de amputación.

Existen diferentes tipos de amputaciones de las extremidades inferiores, pero en este ejemplo nos centraremos en dos niveles de amputación:

Transtibial (debajo de la rodilla)

Transfemoral (debajo de la cadera).

Cuando se realiza una amputación a nivel de miembros inferiores, se experimentan cambios físicos y psicológicos, y la pérdida de la capacidad física conduce a una
disminución de la capacidad para caminar y las actividades de la vida diaria (AVD). Por tanto, el objetivo principal del proceso de fisioterapia en miembros inferiores amputados es la recuperación de la marcha y la reeducación funcional para poder realizar las actividades de la vida diaria con la mayor independencia posible.

El cuidado general del amputado debe verse como un proceso dinámico continuo que comienza en el momento de la lesión, y continúa hasta que el paciente alcanza la máxima utilidad de su prótesis, siendo capaz de realizar actividades esenciales de la vida diaria y el desarrollo de su trabajo.

En cuanto a la forma de dividir el proceso de rehabilitación, se suelen diferenciar 4 etapas:

1. Fase prequirúrgica o preoperatoria

El entrenamiento debería iniciarse de forma previa a la cirugía, y en el caso de que esto no fuera posible, es recomendable comenzar lo antes posible tras la cirugía. El objetivo de la fase preoperatoria es lograr la independencia funcional en cuanto al cuidado y a la movilidad sin prótesis, así como preparar al paciente y al muñón para el uso de la prótesis. Esto se puede conseguir de diferentes maneras tales como:
– Ejercicios de fortalecimiento del muñón.
– Ejercicios para mantener o aumentar la movilidad.

2. Fase quirúrgica

a/ Tratamiento preprotésico

El objetivo principal de esta fase es aumentar la fuerza, conseguir una buena configuración del muñón y controlar que no existan complicaciones postquirúrgicas. Una vez conseguidos los objetivos marcados procedemos a pasar a la siguiente fase e incorporar la prótesis.

b/ Tratamiento protésico

Dentro de los protocolos de rehabilitación, se incluyen ejercicios de fuerza, equilibrio, tareas funcionales, transferencias y entrenamiento de la marcha.

Para ello, se suele dividir la rehabilitación en la fase protésica en 4 fases:

Fase 1:

– Aprender a colocarse y quitarse correctamente la prótesis con instrucciones para aumentar progresivamente la tolerancia a su uso.
– Realización de ejercicios de equilibrio sobre las prótesis antes de intentar cualquier tipo de marcha.
– Patrones estáticos de la marcha y postura. En este aspecto, lo que se pretende conseguir es el entrenamiento del muñón para mover la prótesis y prepararse para establecer un patrón de marcha.
– Corrección postural frente al espejo.
– Balanceos laterales y antero posteriores.
– Adiestrar en las distribuciones del peso del cuerpo sobre ambos miembros inferiores

Fase 2:

– Entrenamiento de la marcha entre paralelas con prótesis rehabilitadora.
– Corregir postura frente al espejo.
– Adiestrar en el uso de ayuda ortopédica para la marcha. Utilización y destreza en el manejo de bastones.
– Corregir fases de la marcha.

Fase 3:

– Entrenamiento de la marcha por terrenos planos con incremento progresivo de distancia.
– Progresión de los patrones de marcha fuera de las paralelas, empleando terrenos irregulares, marcha en zigzag, marcha lateral.
– Disminución paulatina del uso de ayuda ortopédica para la marcha.

Fase 4:

– Progresión de los patrones de marcha y postura fuera de las paralelas por terrenos irregulares.
– Marcha por terrenos irregulares, marcha con braceo, marcha con obstáculos, elevación y descenso de escaleras.

– Subir y bajar escalones y planos inclinados

Además, también es importante realizar ejercicios destinados a mejorar la función cardiovascular y la resistencia a medida que avanzamos en las fases. El entrenamiento
cardiovascular debe comenzar lo antes posible, comenzando con sesiones de 10 minutos de duración e ir aumentando la duración del entrenamiento hasta lograr un total de 30-40 minutos.

En resumen, el objetivo principal es una rehabilitación funcional, es decir, dotar al paciente de independencia a la hora de realizar las actividades de la vida diaria.

Si necesitáis más información o, por el contrario, necesitáis una cita para tratamiento en un miembro amputado, no dudéis en poneros en contacto con nosotras.

Koena Salud

Bilbao

 

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